Encuentros de pastores/as y peregrinos/as de las rutas a Santiago
Con este encuentro buscamos contribuir a la salvaguarda de uno de los gremios más ancestrales y en mayor riesgo de extinción que aún hoy recorren nuestros caminos, los pastores, y favorecer la inculcación de sus grandes valores medioambientales y hospitalarios a los peregrinos/as.
Para ello, celebramos un evento específico en el que unimos, visibilizamos y damos voz tanto a los veteranos como a aquellos más jóvenes que viven y trabajan en los pueblos de las rutas a Santiago y les ponemos en contacto con la comunidad jacobea. Ello tiene lugar dentro del marco del VI Encuentro Nacional de Pastores en Resistencia, al que se da acogida en el albergue Ave Fénix y con cuya coordinación colaboramos.
El pastoreo es uno de los gremios con mayor experiencia hospitalaria, como ya ensalzaba Cervantes en su obra maestra, cuando el Quijote pronuncia el discurso de la Edad de Oro en agradecimiento a la acogida que les dan los cabreros, los más humildes de los pastores. Además, el pastoreo constituye una de las actividades que más y mejor contribuyen a la sostenibilidad medioambiental, protegiendo la diversidad, favoreciendo el crecimiento de los bosques y la variedad y calidad de alimentos, fijando el carbono al suelo, alertando sobre nuevas enfermedades o facilitando el empleo y la fijación de población en el mundo rural.
Pocos oficios han permitido recorrer tantos montes y caminos y han estado tan estrechamente ligados a los peregrinos, al compartir devenires por sendas, cañadas y antiguas calzadas milenariamente. Su cultura comprende un vastísimo abanico de saberes, artesanías vinculadas y manifestaciones artísticas, como son la gestión de incendios, el arte de la lana o el silbo pastoril.
Durante el evento los pastores/as comparten con los peregrinos/as sus inmemoriales conocimientos y valores de experiencia andariega, sabia y respetuosa. Además dan a conocer su cosmovisión y los desafíos que encuentran a la hora de mantener su realidad viva, para ponerla en valor y que los caminantes ahonden en el patrimonio de los pueblos que atraviesan. Por último, ayudan a las asociaciones jacobeas con la conservación de los caminos, informando sobre su estado físico, la gestión política que está teniendo lugar en los mismos, la interacción e intervención de los romeros y las necesidades específicas de cada sendero.
